martes, 14 de julio de 2009

Cordelio Caprino


La buena y la mala suerte no siempre se corresponden con las causas que la originan. Que no es cierto que "de tal palo, tal astilla", pues como dijo aquel: "el desorden tal vez sea el orden natural de las cosas".

Y fue a partir de entonces que, como a mata de haba helada tras el cálido mediodía, a Cordelio Caprino le cambió la vida.

Cinco años antes este hombre de estampa adusta y fondo endeble, tuvo la desgracia de casarse con la joven más hermosa de todo Puerto Cipote. Digo bien: la desgracia. Pues esposa guapa y además ardiente, no siempre es buen plato y conveniencia para marido contenido e indolente. Y fue precisamente la conjunción de belleza y abstinencia unidas, la que llenaba de fuego y deseo los ojos de cualquier pescador del Puerto que al paso de caderas tan bien labradas la mirara. Y fue así como mujer de esta guisa acabó siendo chamuscada por la inflamación incontenible de todo miembro viril que en Puerto Cipote floreciera.

Lo que no sabemos es si, después de lo ocurrido, Cordelio Caprino siguió siendo consentido y blanco a la vez de murmuraciones y burlas. Y si es que lo fuera, ahora con ventaja lo sería. Pues ya lo dijo Góngora: "ándeme yo caliente y ríase la gente" .

El incidente que a Cordelio de cornudo lo llevó a ser persona considerada fue casual como la misma manzana de Newton.

Caprino en una siesta de soledad matrimonial leía abatido bajo un nogal un libro de historias de pescadores en el que se decían cosas como que llevar a bordo un cura o una virgen nunca reportaba buena pesca; pero en cambio si en el barco iba un cornudo, de seguro todos volverían a la lonja con las redes llenas.

Y el final de esta historia previsible ya es por todos. A Cordelio Caprino sólo le bastaría demostrar al patrón del pesquero su acabronada condición, cosa que no le resultó difícil, pues ya de todos conocida era su fabulosa osamenta. Luego le llovieron las ofertas y se forró de una pastuki importante al decir castizo del señor Correa el del caso Gürtel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario