jueves, 2 de abril de 2009

El Proyecto


El proyecto tiene en cuenta hasta el último detalle. Todo atado y bien atado. Nada de imprevistos y sorpresas. El comercio: el motor de la actividad. El plan funciona. Los bancos se encargan de mantener con dinero fresco la producción. La maquinaria sueldo-trabajo: sobre ruedas. El poder político avala el sistema competitivo y de transacciones. Riqueza, especulación y beneficios: los pilares del Proyecto que a la luz de una voluntad emprendedora discurre con precisión y sometimiento sobre cada una de las piezas del engranaje objeto de la idea diseñada por Camer.

El señor Camer fue contratado como gerente por el consejo directivo de esta empresa con el consentimiento anónimo de nuestra conciencia, y cuyo nombre responde a las primeras sílabas de las palabras “capital y mercado”. Durante años este doctor en ciencias económicas llevó las riendas del negocio con gran acierto, sobre todo para su bolsillo y en menoscabo de la mayoría. Hasta hoy que llegó la bancarrota.

La quiebra no puede permanecer oculta por más tiempo. Los acreedores, los clientes, los trabajadores se amotinan delante de la sede central de Camer. El señor Camer pone a salvo su peculio y su pellejo. En la actualidad se encuentra inmune y en paradero desconocido.

Los que le conoce bien dicen que esta tarde lo vieron en Londres disfrazado de Geveinte. Allí junto con los grandes mandatarios del mundo intenta redefinir de nuevo el Proyecto. De apocalipsis del capitalismo, nada de nada. Ya lo dijo Lampedusa en El Gatopardo: "Algo debe cambiar para que todo siga igual“. Mientra Wall Street rompe la tendencia de mínimos con una subida de más del 3 por ciento.

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