martes, 6 de enero de 2009

Plantaremos otro almendro




Al almendro se le olvidó que era árbol; y en ese momento ya no miró hacia lo alto. Y su cuerpo cayó desplomado, todo lo largo que era, en la espesura de la tierra abierta.
“Un clavo quita otro clavo. Plantaremos otro almendro -te dije-, ... que una mancha de mora con otra mora se borra.”
Y fue entonces cuando me contaste aquel chiste de tan poca gracia:
“... ese del drogata que gracias a que enfermó de alzheimer se le olvidó inyectarse su mescalina obligada.”

1 comentario:

  1. Hola Juan, qué bueno volver a pasar por tu casa, descansar mientras te leo, y disfrutar esa sonrisa con sabor a mundo que dejan tus escritos.
    Como siempre, es un placer leerte.
    Besos,

    Antonia.

    ResponderEliminar