
El hombre ya es mayor y vive solo, y tiene la cabeza llena de lagunas y agujeros, y por ella se le escapan sus tareas, los recuerdos. A veces se deja las cosas a medio. Y cuando duerme no sabe si está despierto.
A estas horas de la tarde toda la casa debe ser una piscina. El agua derramada saldrá a escondidas por debajo de la puerta de la cocina, poco a poco inundará el salón y las habitaciones. El pasillo será un reguero, un arroyo desbordado a causa de su olvido.
El hombre anoche cuando dormía soñó que se dejó abierto el grifo del fregadero. Y hoy anda dando vueltas todo el día sin poder volver allá y remediar su descuido.