Siento vergüenza de haber cobrado mi jornal con billetes acuñados con la efigie de aquellos que se valieron de su cargo para enriquecerse. Me arrepiento y pido perdón por haber saciado mi hambre con monedas en cuya cara aparece el rostro de un real comisionista de simonías y prebendas. Y también me siento culpable por haber contribuido y permitido transacciones y compras utilizando dineros avalados por quien no tiene nombre. !España, ay lo que me duele este nombre! España no se lo merece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario