Atardecer. Princesos y Nicola en la terraza de la cafetería Ágora frente al mar de La Manga. Hablan y hablan. Y el aire cruzado de las palabras refresca el bochorno maquiavélico de una oportunidad en apuros. Beben los dos una infusión de mandrágora con limón y melaza. Y desde el velador se divisa el panorama cuya fotografía encabeza esta entrada en completa disonancia con el contenido de su charla. Mientras tanto allá en el hospital los mosquitos del Rosell toman como rehenes a los enfermos de conjuntivitis múltiple.
Tiene la palabra Nicola, asesor de Princesos. Este último a la sazón regidor de la ciudad en esta legislatura de componendas y repartos:
"Si el partido en el poder te garantiza el privilegio, tu dignidad y prebenda, no dudes, Princesos, de seguir el humor y disculpar los excesos del actual gobierno."El inmune aforado saborea el amargor endulzado de las raíces molidas de la mandrágora, y abre sus ojos en interrogación consentida. No sabe si renunciar a la calle que con su nombre el pueblo quiere brindarle:
"Entonces ¿mi honradez no pondría ninguna pega a que como imputado figurase en el callejero del municipio?"Responde Nicola:
"En política la virtud no cuenta. Hacer del vicio virtud es el lema. Y si quieres seguir en tu sillón de alcalde deberás neutralizar, absorber con sabiduría la oposición más extrema, colmar el estómago de tus comensales con la recalificación de sus tierras, y para ti las diez de últimas. Aquellos tiempos que de la confrontación surgía la revolución como solución al problema son teorías ya pretéritas. Tu tarea hoy consiste en "higienizar" la democracia con mucho blanco de España. En tiempos de globalidad no hay horizontes ni alternativa posible. Y tu cetro de corcho siempre a flote a pesar de las turbulencias antisistema."
Conozco a muchos "chaqueteros" como yo los llamo. Gente que se mueven al son que más le de.
ResponderEliminarSin ideologías que defender ni posturas que reforzar, sólamente el poder y la sensación que deben darle eso de subir y subir como la espuma.
Totalmente en disonancia.
Me gustó, Juan.
Un abrazo.