
Se avergonzaba de ser poeta:
“Mis versos son betún, el plástico que presume de idealizar la realidad; y destruyen su frescura, marchitan su fragancia. A nadie se le ocurre mancillar la virginidad del alba con el petróleo de un bote de pintura. Todo poema que no encarne con su rima la música y el llanto de una flor y su rocío, debiera ser quemado por oficio. Suplantación de identidad.”Y acto seguido, delante de mis ojos el poeta prendió fuego a su antología.
Y fue entonces cuando vi el bosque entero arder en llamaradas.
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