
Tus ojos de antología: copilación y reflejo de lo más selecto escrito hasta ahora.
¿Y qué decir de tu boca? Soneto de sensibilidad exquisita, repleto de cadencias y rimas: cuartetos y tercetos de sonoridad trenzados, de sabor medidos. Tus labios cremosos: prólogo y epílogo de gráfica plenitud y suavidad ungidos.
Tus pies torneados y pulidos: fascinante relato de encuentros y aventura. Tu corazón: fuente de madrigales y romanzas que de manar poesía no cesaban. Encaje de géneros tus manos. Y en cada uno de tus dedos, todos los estilos llevados y traídos, con esa donosura y destreza del más ilustre de los académicos, la mejor costurera de la literatura.
¿Y tu cabello? ¡Ay tu pelo! Hilos de oro, cometas de seda, tirabuzones de letras que tu pluma escribia con ese perfume a tinta que me embriagaba.
Te leí toda entera, palmo a palmo, renglón a renglón con ese interés eterno, y tan enemigo del tiempo. Y se me fue el santo al cielo. Y quedéme absorto y sumergido en cada una de tus palabras, todo un mundo de imaginación y arte escrito en tu bello cuerpo.
Dos días que escribes sensual y Vivo!!!
ResponderEliminarUna gozada percibirter desde la dulzura de lo bello y corporeo a la crítica de los banqueros o politicos, avaros, mezquinos y rompe mundos.
Nos hemos ejercitados en estar vivos y vivir en intensidad. Qué bien no pueden con nosotros!
Merche-Espartaco-Barcelona