sábado, 17 de enero de 2009

La belleza de la lectura



“... porque llueve sobre el corazón y gusta ver la tinta sobre los campos de nieve” (*)
(Bértolo)


Te veo con un libro en la mano y me encanta tu pose entre ensimismada y cautiva. Y ese tu aire quieto y dulce me contagia como la alegría de niño en día nublado.

No sé si la lectura tranquiliza el alma. O tal vez sea la paz la que te lleve al manantial de las palabras escritas. Y ese aparente fier niente del lector absorto me seduce y me conduce como agua de pez a cabecera de río, como sonrisa a la comisura de tus labios de espliego, a la cuenca de tus ojos cristalinos, a tus senos de pepitas granas. Y cuando veo tu cara, tu cuerpo atento que se ocupa, que se agarra a la lectura como un colibrí al polen oculto de los renglones misteriosos, miro tus facciones y admiro la belleza que muestran tus rasgos distendidos y serenos y contaminado, invadido soy por tu mirar sedoso.

Que yo he visto fieras y basiliscos rechinar sus dientes de rabia y nada más su ojos se posan en un redil de palabras jugosas, las ínfulas arremolinadas de su fealdad y diablura al momento son bahía y playa de la mejor bonanza. “La joie de lire” que diría algun librero nostálgico de París: pues bien yo añado "la belleza de la lectura".

*Constantino Bértolo, ganador del IX Premio Periodístico sobre la Lectura

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