
Noté que volvías cuando la paloma que bebía en mi mano espantó su vuelo atolondrado. Cayó desplumada a mi lado.
Llegará el día en que las tropas de paz jamás impondrán guerra alguna. El pan será pan y el vino, vino, y ya nadie más disimulará con ramos de olivo aviones ni bombas.
Y vi en Osetia un gavilán con una metralleta en el pico. Y el cuenco del agua se hizo añicos.
Mañana vendrán estañadores a recomponer el lugar, los mismos que hicieron saltar por los aires a mujeres y a niños.
DESGARRADOR, este es el calificativo que doy a la historia que nos cuentas.
ResponderEliminarY la imagen ¿qué decir de ella? Extremadamente desgarradora y muy al pelo de lo que cuentas.
¡Qué bien lo has dicho! ¡qué bien lo has hecho!
Un beso.