Nubes escalonadas bajando al monte.El monte bajando al mar.El mar huele a Bazán,a puerto, templanza,sal y piedad.
Trae redes el agua calma, cestos de primavera, siembras y aromas verdes sobre tu barco, amigo. Amigo azul peregrino, dispuesto y listo para el tránsito, definitivo. La quilla afilada y tierna cavando va su destino, tu cama eterna.
Ignoro hacia donde vas, si hacia algún caladero de aguas dulces, paraísos de escayola, o delfines de cristal... pero ¡qué más da! Tú bien sabes el muelle a donde tu fe atinada y simple boga.
Entre la decepción y la esperanza anduvo fiel tu singladura. Creyente para unas cosas, escéptico para tantas. Me duele el no entenderte o tu mala suerte. O mejor, como alguien esta mañana ha dicho: Nada de lo que se te dio, tú has perdido. ¿Acaso perdiste a tu hijo? !No, Pedro, está tu alma en él!
Los bancos del tanatorio crujen, no sé si lloran, aplauden o vituperan tu adiós callado, pesar sonoro, frágil y acorazado tesoro entre cuatro tablas metido.
Hay quien canta a los dioses, al sol, a la mujer o al dinero, a la hermosura encumbrada.
Ignoro hacia donde vas, si hacia algún caladero de aguas dulces, paraísos de escayola, o delfines de cristal... pero ¡qué más da! Tú bien sabes el muelle a donde tu fe atinada y simple boga.
Entre la decepción y la esperanza anduvo fiel tu singladura. Creyente para unas cosas, escéptico para tantas. Me duele el no entenderte o tu mala suerte. O mejor, como alguien esta mañana ha dicho: Nada de lo que se te dio, tú has perdido. ¿Acaso perdiste a tu hijo? !No, Pedro, está tu alma en él!
Los bancos del tanatorio crujen, no sé si lloran, aplauden o vituperan tu adiós callado, pesar sonoro, frágil y acorazado tesoro entre cuatro tablas metido.
Hay quien canta a los dioses, al sol, a la mujer o al dinero, a la hermosura encumbrada.
Hoy yo canto tu belleza escondida, sepultada, tan oculta y tan esquiva que se nos fue para siempre sin haberla conocido.
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